En mi caso, el año que cumplí los 21 me entregaron la Cartilla Militar. No había elección. Y hasta te lo "vendían" como que era un orgullo... defender a la madre patria. El 27 de agosto, miércoles qué más da, me dieron en el Ayuntamiento esta "joya", que me obligaban a cuidarla, conservarla, no mancharla ni escibir sobre ella y no sé cuánto más... hasta que no me dieran "la absoluta". Eso debía ser allá como a los cincuenta años si no habías cascado antes o te faltaran los miembros necesarios para ir a al aguerra. ¡Entonces ya te librabas de ir a la guerra, aunque no de que la guerra viniera hasta tí!
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