Aquel cardenal europeo llegó a los altares y a ser el patrón de la Banca. Los humildes bancarios entonces nos lo creíamos y celebrábamos su fiesta. Ese día , como todos los miércoles, hubo tiro. Hice uno normal a 100 metros, pero el mejor de la Cía a 200 metros. Metí las cinco balas de los cinco tiros en una silueta humana a tamaño real. Fui el único de los 250 que lo intentaron obligadamente. Yo realmente siempre he dudado de que a lo mejor me "ayudaron" los de al lado metiendo alguno en mi silueta, porque había algunos muy malos tiradores. Bueno, con las chimberas en las barracas le pegaba bien a los palillos. Pero en mi expediente militar eso y otros buenos resultados me dio el título de "tirador de primera", bueno para el resto de mi milicia. ¡Menos mal que no hubo guerra de verdad!
A la tarde invité a merendar en Abechuco a mis dos amigos reeclutas del pueblo. Los bancarios cobrábamos entonces el 60% del sueldo durante el período militar. También estabamos obligados a ir a trabajar al banco en todos nuestros permisos.
A la tarde invité a merendar en Abechuco a mis dos amigos reeclutas del pueblo. Los bancarios cobrábamos entonces el 60% del sueldo durante el período militar. También estabamos obligados a ir a trabajar al banco en todos nuestros permisos.
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